Desde el clima hasta las condiciones de mercado y políticas influyen en que los productores elijan apostar a la oleaginosa, tras un largo período en que el maíz le había quitado hectáreas.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires publicó su informe de pre campaña de soja, en el que profundizó sobre los números que presentó durante el lanzamiento de la campaña gruesa: una siembra que alcanzará 16,7 millones de hectáreas y que arrojaría una producción en torno a 48 millones de toneladas.
Como aspecto interesante del análisis, la entidad porteña centra su mirada en cuáles son los motivos que harán que la oleaginosa recupere superficie, tras cinco campañas en las que perdió hectáreas frente al maíz.
La superficie mencionada supone un salto del 2,5% o 400.000 hectáreas frente a las 16,3 millones de hectáreas del ciclo 2021/22 y que marcaron un piso en los últimos 20 años.
No obstante, sigue siendo un valor relativamente bajo: está 1,3% por debajo del promedio de los últimos cinco años (16,9 millones de hectáreas) y lejos del pico de más de 20 millones de hectáreas que supo alcanzar en la temporada 2015/16.
LA SOJA Y EL IMPACTO DEL TRIGO
“El escenario descripto por nuestra red de colaboradores refleja una tendencia positiva como resultado de: una mayor disponibilidad de cuadros que no pudieron implantarse con cultivos de invierno, la caída en el área destinada a otros cultivos que compiten por la misma superficie (maíz y sorgo granífero), disponibilidad de semilla, menores aumentos en los costos de producción y menor inversión por hectárea en relación con el resto de los cultivos”, resumió la Bolsa entre los factores que influyen en esta tendencia.
Según el reporte, la mayor recuperación de área provendría de planteos de primera, debido a que se esperan buenas lluvias durante octubre; lo que combinado con “la contracción del área de fina, maíz y sorgo, una relación insumo producto más favorable para la soja respecto al maíz y la faltante de semilla de girasol”, son los aspectos que “ayudarían a impulsar la expansión de la oleaginosa”.
Por el contrario, como la implantación de trigo se redujo en 500.000 hectáreas como consecuencia de la sequía, las siembras de segunda se reducirán.
En concreto, “se espera una expansión interanual del área de 6,5% para la soja de primera, unas 690.000 hectáreas en números absolutos, representando el 68 % de la superficie de soja total para la campaña 2022/23. Al mismo tiempo, la soja de segunda prevé una contracción de casi 300 mil hectáreas”, subraya el informe.
MERCADOS Y COSTOS
Por otro lado, el documento analiza que si bien la soja se acopló a la suba general de los commodities a nivel internacional y la campaña parte desde precios históricamente altos, el aumento de costos ha sido aún más alto. No obstante, para este grano subieron relativamente menos que para los otros cultivos con los que compite en el verano; fundamentalmente, el maíz.
“El aumento de los precios de los insumos necesarios para la producción desmejoró la relación insumo producto de la soja en relación con la campaña pasada, siendo necesario una mayor cantidad de granos para adquirir la misma cantidad de insumos que lo observado en la 21/22. Sin embargo, al comparar con el resto de los cultivos, los aumentos en los costos de producción de la soja fueron menores, lo cual morigeró los incentivos a favor de dicho cultivo”, menciona la Bolsa porteña.
Bajo este panorama, la proyección de márgenes brutos de la soja de primera es superior a la del maíz, tanto temprano como tardío. Y dentro del factor económico, también incide que la oleaginosa requiere una menor inversión, por lo que los productores se sienten más a gusto con ese cultivo en un contexto como el actual de gran incertidumbre también política.
“Por lo tanto, luego de varios ciclos previos, los productores estarían más dispuestos a expandir el área sembrada con soja tras una nueva ventana de siembra afectada por la sequía y un escenario local e internacional donde la incertidumbre domina. La soja, al igual que el girasol, es un cultivo que inmoviliza menor capital y requiere de menor inversión en relación con los costos de producción con respecto al maíz”, repasa el informe.
Y completa: “Pero además, en un escenario climático adverso, sus rendimientos podrían verse también menos afectados, por lo que se concluye como una opción menos riesgosa”.
EN CÓRDOBA TAMBIÉN
En paralelo, la Bolsa de Cereales de Córdoba difundió su primera estimación de siembra de cultivos estivales, en la que proyecta también un repunte de la siembra de soja, en desmedro del maíz.
En concreto, en la provincia mediterránea, la segunda mayor productora de granos nacional, la soja sumaría 4,05 millones de hectáreas, un 2% más que en el ciclo pasado; mientras que el maíz reduciría su superficie un 2%, hasta 3,2 millones de hectáreas.
Fuente: Infocampo