La Red de Manejo de Plagas de Aapresid trae información para la identificación temprana de las malezas primavero-estivales más comunes y encarar su manejo con el pie derecho.
Una correcta y temprana identificación de las malezas es el primer paso para planificar su manejo integrado y lograr un control efectivo.
Una de las complicaciones asociadas al manejo de las gramíneas primavero-estivales, radica justamente en la dificultad para su diferenciación en etapa juvenil, cuando las especies son fácilmente confundibles. En base a bibliografía sobre el tema y la consulta a la Ing Agr Virginia Mogni de la Cátedra de Botánica FCA-UNR, la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (Rem) repasa tips para reconocerlas y facilitar la toma de decisiones.
Panorama actual de las “estrategas del verano”
A lo largo de su evolución, las gramíneas primavero-estivales, han desarrollado estrategias efectivas de supervivencia que las vuelven competidoras todo terreno y difíciles de controlar. La presencia de estolones o rizomas o su eficiencia fotosintética, son algunas de las propiedades que le otorgan rusticidad, habilidad competitiva y agresividad a la hora de colonizar nichos disponibles.
La capacidad de estas especies para sobrevivir a la aplicación de un herbicida, no se queda atrás. A la fecha están reportadas ocho gramíneas estivales con resistencia a herbicidas en Argentina. En estas especies hay biotipos resistentes a glifosato, pero también algunos con resistencia a graminicidas ACCasa (FOP y/o DIM), a inhibidores de ALS y otros con resistencia múltiple a dos de estos sitios de acción.
Otras malezas de esta familia, si bien aún no presentan resistencias, deben seguirse de cerca dada su tolerancia a ciertos herbicidas, su habilidad competitiva y extensión geográfica. Estas son: Chlorideas (incluye varias especies de los géneros Chloris, Trichloris y Eustrachys), Urochloa platyphyla (‘pasto bandera), Pappophorum spp., Leptochloa filiformis (‘pasto moro’) y Eragrostis spp.
Del último mapeo de malezas de REM surgió que las gramíneas más abundantes son Eleusine indica RG, Echinochloa colona RG, Chlorideas y Soghum halepense RG, con 11, 10, 9 y 8 millones de has afectadas, respectivamente.
¿Quién es quién?: tips para el reconocimiento
En estadios vegetativos tempranos, los caracteres que aportan información para diferenciar las especies son aquellos relativos a: porte de las plantas, características de las hojas, presencia y forma de la lígula, grado de pilosidad del vástago, entre otros.
Chloris virgata, ‘cloris’
Esta gramínea de porte erecto se encuentra en el campo formando matas densas, a veces con estolones, y macollos muy comprimidos (chatos). Las hojas más jóvenes surgen plegadas o dobladas al medio y son lineares y finas. Otra característica útil para reconocerla es el borde áspero de las láminas y su coloración verde pálida. La lígula es membranosa con pelos muy cortos, aunque en general esta especie no presenta pilosidad observable.
Digitaria sanguinalis, ‘pasto cuaresma’
Su rasgo más sobresaliente es su hábito de crecimiento decumbente y la abundante, suave y brillante pubescencia, notable a simple vista en toda la planta. En estadíos muy tempranos, se la reconoce por su primera hoja en forma de cucharita. Más avanzado el ciclo, las vainas y otras partes del cuerpo de la planta se pueden teñir de una coloración rojiza, de ahí parte del origen de su nombre. Presenta lígula membranosa, truncada a triangular con margen dentado.
Echinochloa colona, ‘capín, pasto colorado’ y E. crus-galli, ‘capín arroz’
Comprenden hierbas erectas muy macolladoras erectas a decumbentes. Se las reconoce por la coloración rojiza en la base de las plantas y en forma de bandas transversales rojizas a púrpuras en las hojas principalmente de E. colona, aunque estas últimas pueden no aparecer siempre. En ambas se destaca la nervadura central blanquecina y la ausencia de lígula.
Echinochloa crus-galli se diferencia de E. colona por presentar los bordes de la lámina ondulados. En estas gramíneas sólo se ven unos pocos pelos en la base de cada lámina o en los nudos.
Eleusine indica, ‘pata de ganso’, ‘pata de gallina’
Se trata de una especie de crecimiento erecto o suberecto, con macollos aplanados, con su base blanquecina. Las hojas nuevas aparecen plegadas o dobladas al medio. Las láminas son brillantes y presentan la nervadura central bien marcada, caracteres muy útiles para reconocerla. En general su pilosidad es escasa, con algunos pelos concentrados en los márgenes de la vaina. Presenta lígula membranosa, corta y finamente dentada.
Urochloa panicoides, ‘pasto blanco’ y U. plathyphylla, ‘pasto bandera’
Estas gramíneas tienen porte erecto a decumbente y se reconocen porque las láminas, de base más ancha y ápice agudo, se despliegan como banderas formando un ángulo recto con respecto al fascículo o tallo. En Urochloa panicoides las láminas son más anchas, claras y de bordes ondulados.
Urochloa panicoides, ‘pasto blanco’.
Con respecto a la pilosidad, en U. paniculata es notoria en vainas y láminas, mientras que en U. plathyphylla es escasa y está restringida a las hojas basales, que son ásperas al tacto. En ambas es posible visualizar lígula membranosa breve, con margen pestañoso.
Bonus track: el duro de roer Sorghum halepense, ‘sorgo de Alepo’
Se trata de una especie perenne, de ciclo primavero-estival. Las matas son erectas y pueden alcanzar hasta 2 m de altura. La presencia de rizomas subterráneos es una adaptación que lo hace muy eficiente para propagarse y resistir los embates del control.
Las hojas pueden alcanzar una longitud considerable y tienen la nervadura central prominente en el envés. Otra característica de las plántulas jóvenes es la vaina blanco-rosada en la base. Presenta lígula membranosa, irregularmente dentada, y no se detectan pelos a simple vista.
Estrategias de control
Bajo un enfoque integrado, los frentes de ataque incluyen una combinación de herramientas. En cuanto al manejo cultural, mantener buena cobertura es clave para retrasar las primeras emergencias. Esto puede lograrse mediante el uso de cultivos de servicios y/o cultivos de cosecha invernal. El arreglo espacial del cultivo estival también debe diseñarse pensando en la competencia.
Para el manejo químico se pueden plantear tres momentos, pero en cualquiera de ellos, se deberá considerar que según cada maleza y estadío algunos activos son más eficaces que otros. La calidad de aplicación y el paquete de coadyuvantes a utilizar son de gran importancia, teniendo en cuenta que las condiciones ambientales de aplicación no suelen ser óptimas.
Para el control de las plantas ya nacidas en barbecho se pueden utilizar: graminicidas fop y dim, Glufosinato de amonio, Paraquat, MSMA, y ALS como Nicosulfuron, Imazetapir, Imazapir, Imazapic y sus mezclas.
El control residual en barbecho en presiembra o preemergencia es clave para para llegar limpios al cierre de surco y disminuir la probabilidad de necesitar tratamientos postemergentes. El posicionamiento que se decida dar a estos residuales, va a depender de la fecha de siembra del cultivo.
En siembras tardías será necesario comenzar a utilizarlos mucho antes de la siembra. En siembras tempranas puede no ser necesario y aplicarse directamente en la presiembra o preemergencia del cultivo. Existen diversas opciones de diferentes sitios de acción. La mezcla de 2 o más activos conlleva mayor eficacia por períodos más largos, sin olvidar que además retrasa la aparición de resistencias.
En el caso de ser necesario un control en postemergencia de los cultivos, las opciones son menores y deben extremarse cuidados para no generar fitotoxicidad.
Luego de la cosecha de los cultivos estivales se deberán mantener a raya posibles rebrotes y nacimientos que alimenten al banco de semillas. La aplicación de herbicidas sistémicos sobre las matas de perennes como sorgo de Alepo, suele ser muy efectivo en ese momento del año ya que la maleza está traslocando asimilados a esas estructuras de reservas.
Fuente: El ABC Rural