A pesar de la falta de agua que impidió sembrar trigo en algunas regiones y una sequía generalizada en la última campaña gruesa; hay muchos productores que ven en la siembra temprana de maíz la salvación en un escenario posible de El Niño, que podría comenzar a manifestarse en los próximos meses, lo que les posibilitaría así apuntar a mayores rendimientos.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario se reportó el cierre de la siembra triguera con 1 M de ha sembradas (contra una siembra 1,3 M de ha el año pasado). Y gran parte de las 300.000 hectáreas que no pudieron sembrarse con trigo pasarían a hacerse con maíz. El maíz sumaría 250.000 ha al hectareaje del año pasado, totalizando 1,8 M de ha.
En principio, la intención es volver a sembrar en fechas tempranas y apuntar a máximos potenciales. Y tanto productores cordobeses como del noroeste bonaerense no se resignan a rotar con cereales. A pesar de la falta de agua, en la segunda encuesta de intención de siembra maicera, el oeste afirma la intención siembra maicera.
Pero, ¿será posible?
Hay muchos problemas que plantea la siembra maicera, como el de financiar un cultivo que lleva una erogación muy importante tras el desastre productivo de la sequía. Pero en las encuestas de esta semana se señala que la principal variable es el clima. “Es el factor determinante. Lo que suceda con las lluvias entre fines de agosto y principios de septiembre será crucial en la toma de decisiones”, señalan. Desde Corral de Bustos advierten: “los perfiles están sequísimos, se necesitan casi 300 milímetros para optimizar reservas”. En General Villegas la situación es similar, “debería llover bastante a inicios de la primavera”.
Estiman que el 50% de la superficie que no pudo hacerse con trigo pasaría a maíz. En Bigand, donde hay mejores condiciones, las expectativas de siembra son más certeras, pero también más limitadas: esperan una suba del 10%. Por ahora, la estrategia productiva del oeste para no cerrarle la puerta al maíz es hacer barbechos abiertos: “se están haciendo barbechos con residuales que no limiten la posibilidad de cambiar entre maíz y soja”, explican los técnicos.
Se trata de la superficie triguera más baja de los últimos 8 años en la región núcleo. Al inicio de la siembra, la necesidad financiera del sector tras la sequía obligaba a muchos a sembrar el trigo aún sin disponer del agua mínima requerida en los suelos. Pero hacia fines de abril el 80% de los suelos de la región estaban entre sequía y escasez hídrica. En ese entonces se habla de que la intención triguera podría caer entre un 15% a un 60%. Las lluvias de fines de mayo recargaron de humedad solo la mitad este de la región. Allí, pudo concretarse la siembra de todo lo intencionado e incluso sumar algunos lotes más. Sin embargo, el otoño dejo un déficit de 50 a 85 mm en el oeste. Y finalmente, quedaron afuera las 100.000 ha que esperaban concretarse en la última semana. De esta manera, el área de trigo en la región cierra con 1 M ha: 300.000 ha menos que en la campaña anterior y 100.000 menos de lo que se esperaba hasta hace una semana.
¿Cuánto se dejó de sembrar en el oeste de la región?
En el noroeste bonaerense se dejó de sembrar el 60% del trigo por la falta de humedad. “hay empresas solo han hecho solo un 20% del hectareaje que sembraron un año atrás. Otras, nada“, dicen en Gral. Villegas. En Sancti Spiritu, en el extremo suroeste de Santa Fe, son muchos los productores que no han podido sembrar siquiera un lote de trigo. El sudeste de Córdoba tuvo una pérdida de entre un 20 a un 50% del área de trigo, respecto al año pasado. En Corral de Bustos dicen que los perfiles están sequísimos; se sembró un 20 a un 30% menos que el año pasado. En Carlos Pellegrini, en el centro sur de Santa Fe, se estima que la superficie sembrada fue un 30% menor que la del año pasado. “Se quería sembrar por necesidad económica, pero las condiciones climáticas no permitieron sembrar un mayor hectareaje”, resumen.
Fuente: TodoAgro